Razon vs Sentimiento
Decía hace poco un hombre con bigote herido en su propio orgullo en un breve momento de lucidez que la política se debe guiar por la razón y no por el sentimiento o las emociones. Decía que estaba de moda la idea de que uno debe votar lo que siente, que uno es del partido que del que se siente. Pero que esto era un gran error.
Bien. Pues yo coincido con él. Podría comenzar con demagogia barata, diciendo que por simpatía, deberíamos votar todos a Buenafuente como Presidente, ya que todos experimentamos un sentimiento de simpatía hacia él. Pero no lo haré.
No creo que la razón y el sentimiento estén reñidos, pero creo que cada uno tiene su papel.
En el mar, la dirección que debemos seguir nos la debe dictar la razón, ella es la que debe analizar y tomar la decisión del rumbo, a corto, medio o largo plazo. Ella nos dice si debemos cruzar el mar para encontrar nuevas tierras, la que nos dice si debemos esperar a que amaine la tormenta, y si esta nos sorprende en faena, la que nos dice si debemos arriar el velamen. Y el sentimiento es lo que nos debe empujar en la dirección tomada, lo que nos debe hacer permanecer de pié y no rendirnos ante las adversidades. Es el que ante la tormenta que nos sorprende nos debe dar coraje para llevar a cabo las acciones que la razón nos dicta.
Con la política ocurre exactamente lo mismo, y también cosas peores. Si uno se deja guiar por sentimientos, nunca entenderá realmente la política porque será preso de las incoherencias de los partidos. Muy pocas veces aceptará las críticas a su partido aunque estén fundamentadas, ya que eso implicará que él ha errado al elegir. Aún más, dejarse guiar por los sentimientos en política implica hacerse preso de los partidos políticos, ya que según la simpatía, cercanía y sentimiento de su campaña votarás a unos y a otros, y no votarás al que ha dado mejores argumentos para hacer avanzar a la humanidad. Gracias a ti podrán ser más atractivos, pero con eso no basta. Serás utilizado por los partidos, y no serás tú quien utilice a los partidos.